Las mosquiteras de cama se pueden realizar en varios materiales. La elección del mismo se puede basar en razones ecológicas, económicas o simplemente por el gusto personal de cada uno. Aquí explicamos las diferencias en los tejidos que trabajamos en Mosquitohouse para que podáis hacer una elección más personal.
Es el tejido más usado para confeccionar mosquiteras ya que éstas son más versátiles, económicas y ligeras tanto por su peso como visualmente ya que se puede ver a través de ellas. Además, sus agujeros definidos permiten que el aire circule a través del tejido de forma que tienen ventilación natural. Estas características las hacen perfectas para adaptarse a la cama y no recargar el dormitorio en exceso.
Por ello se recomiendan también para su uso en exterior. De hecho las mosquiteras de viaje se hacen siempre en poliéster ya que pesan menos y tienen menos volumen. Otra ventaja del poliéster es que se puede lavar en lavadora en agua fría (ver Consejos de lavado).
Para medir la eficacia de una mosquitera confeccionada en poliéster, debemos considerar la malla que hace referencia al número de agujeros por pulgada cuadrada del tejido. Este dato nos indica el tamaño del agujero y la eficacia de la misma:
A mayor malla, el agujero es más pequeño; cuanto menor es la malla, mayor es el agujero
MALLA 256 / PULGADA CUADRADA (GAMA STANDARD): El agujero es algo más pequeño así que ganamos en seguridad. Cada agujero mide 2 mm, de forma que el aire puede circular pero hace imposible que los mosquitos puedan entrar o salir de la mosquitera. La malla de 256 es el término medio perfecto entre eficacia y ventilación.
Las mosquiteras de malla 256 las mosquiteras más vendidas por su variedad y seguridad.
MALLA 156 / PULGADA CUADRADA (GAMA BASIC): Es el mínimo exigido por la OMS para asegurar eficacia y seguridad. El agujero es algo más grande pero siguen siendo seguras. Al ser más grande el agujero es menor el tejido usado, por tanto, son las mosquiteras más ligeras y económicas de todas.
Las mosquiteras de malla 156 son la mejor opción en lugares con insectos de tamaño estándar.
Se trata de un tejido natural y fresco, perfecto para el verano. Se trata de un material con un precio más elevado aunque creemos que compensa ya que se trata de un material resistente, ideal para los amantes de tejidos naturales y recomendable para alérgenos. Son más tupidas pero también más elegantes y agradables al tacto. Dado su peso y volumen, es preferible no adquirirla para viajes.
Las mosquiteras de algodón son perfectas para amantes de tejidos naturales.
El bambú tiene unas características parecidas al algodón pero, aún así, le gana prácticamente en todo. Es un tejido más fresco aún, más tupido, más elegante, más suave, de precio más elevado y, sin embargo, la opción más agradable y sostenible de todas.
Las mosquiteras de bambú son la mejor opción por su frescura y sostenibilidad. Su eficacia en la protección contra los mosquitos está probada y, en lo que se refiere a su componente decorativo, las mosquiteras de bambú resultan muy elegantes y acogedoras.
El bambú es una planta de rápido crecimiento, entre 5 y 20 cm. al día. Algunas especies pueden llegar a crecer incluso 90 o 100 cm. cada día. Al cosecharla, solamente se recoge el tallo dejando la raíz intacta, de forma que se favorece su rápido crecimiento. Es una de las plantas que más CO2 capta en el planeta y no necesita agua ni pesticidas para su crecimiento. Por ello, las mosquiteras realizadas en fibra de bambú son ecológicas, biodegradables y sostenibles, ganando al algodón que sí requiere grandes cantidades de agua para confeccionar tejidos y pesticidas para favorecer su desarrollo dada la demanda que hay actualmente.
Las mosquiteras de bambú ventilan muy bien y son excelentes reguladoras del calor de forma que son frescas en verano y cálidas en invierno. Pueden llegar a absorber un 60% más de humedad que el algodón de forma que el tejido permanece seco y más fresco durante más tiempo. Otra característica importante de la fibra de bambú es que su estructura es más redonda y lisa por lo que ofrece menor resistencia y crea hilos más suaves. Así, el tejido se siente mucho más suave al tacto y no se arruga.
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